sábado, 21 de junio de 2014

“Copa Mundial de la FIFA; Brasil 2014: Día 10”.

Argentina 1 - 1 Irán



La jornada comenzó con una de las grandes, Argentina. Se enfrentaba a, a priori, una de las peores selecciones de la competición mundialista, la Irán de Carlos Queiroz. Sabella deshizo el horrible 5-3-2 de la primera jornada e introduzco a Gago junto a Mascherano para intentar dar continuidad al futbol de su equipo. Pero Argentina no jugo jamás. Irán planteo un partido estupendo, compacto y ordenado con dos líneas de 4 fenomenálmente equilibradas en la frontal de su área. Y Argentina se atascó. Solo la calidad de sus futbolistas le otorgaron alguna que otra ocasión, pero insuficientes para el poderoso nombre y peso de su camiseta. Irán fue incluso mejor, porque cuando se alargó lo hizo con desparpajo y sin fisurarse en la contención. Nekounam-Teymourian sensacionales durante todo el partido en el doble pivote. Que rendimiento dieron a Queiroz estos dos futbolistas, claves en el equilibrio del equipo. Sabella no realizo cambio alguno para intentar cambiar la fisonomía del juego de su equipo, nada para intentar meterle mano a la siempre ordenada Irán. Es de esos entrenadores que no ostentan capacidad alguna para leer el devenir de los encuentros, y por lo tanto, para mi gusto, un mal entrenador. Argentina terminó ganando por el de siempre, Messi, que hizo un golazo. Pero no apareció frente a las cámaras sino en “pelota parada”. La FIFA le otorgó el MVP porque FIFA no sabe ni como se juega al deporte al que se dedican. Romero les salvó el cuello, sino la albiceleste estaría aun peleando el pase a 1/8.

Alemania 2 – 2 Ghana



El mejor y más bonito partido que se ha disputado en lo que llevamos de Mundial. La todopoderosa Alemania, a la que casi todos damos como gran favorita, se enfrentó, a la que para mí es la mejor selección africana, Ghana. El partido fue espectacular, sobre todo en la segunda parte, en la que el partido fue intenso, vibrante, dinámico, tenso, precioso. No comprendo que Löw juegue con 4 centrales en la línea de 4. El fútbol equilibrado alemán y su extraordinaria capacidad de movilidad y asociación, seria aun más extraordinario con dos laterales explotando los carriles. La que podía liar Großkreutz con su maravillosa profundidad y sus desdoblamientos. Y Lahm, Lahm por mucho que Guardiola le haya reconvertido, es un lateral con proyección de toda la vida. Schweinsteiger con Khedira en el doble pivote; Lahm y  Großkreutz en los laterales, creo que de esa forma mejoraría inmensamente la Mannschaft. Ghana le plantó cara, incluso mereció haber hecho algún gol más. Tuvo dos contras claras que no supo dirigir, y ahí pudo tener la victoria. El eterno Klose salió al campo y en 1 minuto de juego anotó el empate, para hacer historia (Máximo goleador de la historia de los Mundiales junto a Ronaldo Nazario) Tengo que destacar algo que no había visto en mi vida. Ghana en el minuto 85 de partido estaba presionando con 7 tíos en campo contrario, apretando, cerrando espacios en la salida, con un derroche físico escandaloso, vamos.. ¡¡una cosa de locos!! Al final un empate justo, y un partido espectacular para el aficionado.

Nigeria 1 – 0 Bosnia Herzegovina

Bosnia llegaba a este Mundial para ser una debutante histórica, era esta su primera cita. Lo hacía con un buen conjunto, jugadores de calidad que actúan en equipos de primera línea europea. Pero a los de Susic les faltaron conceptos y argumentos sólidos para competir, que es al fin y al cabo de lo que se trata; competición. Se quedan fuera del Mundial ante una Nigeria que me sorprendió. Al contrario que en la primera jornada, Nigeria demostró ideas y nociones interesantes. Defendieron con orden y cuando se alargaron en transiciones ofensivas lo hicieron compactando muy bien sus líneas, de forma eléctrica y vertical. Con un Emenike fabuloso, que ostenta una potencia extraordinaria. De Bosnia no comprendí como a falta de 20 minutos para el final, y con solamente un 1-0 que levantar en su debe, los jugadores mantenían una actitud paupérrima. No era entendible que no existiera un mínimo de garra, de intensidad, de hambre, lucha. En lugar de pelear decidieron agachar la cabeza, como si sus opciones ya estuvieses dinamitadas. Decepción total la de los balcánicos. Al final Nigeria tiene casi todas las papeletas para meterse en 1/8, y también un soberano porterazo. Enyeama es un genio.


Término de la Jornada – GRUPO F



Argentina es ya equipo de 1/8 de final. Las opciones de Bosnia son nulas y es una de las nuevas selecciones eliminadas de esta fase final del Mundial de Brasil 2014. Nigeria e Irán se jugarán una plaza en la última jornada. Con el empate de Nigeria ante Argentina, la plaza seria de las águilas verdes. A Irán solo le vale la victoria y que Nigeria pierda.  


Alfredo León
@fefifredo
@elanalisisdeAL

jueves, 19 de junio de 2014

"Aprendamos la lección".

Había una vez una época en la que "éxito" no estaba en el diccionario de la Selección Española. Hubo un tiempo en el que una afición reía, reía a sabiendas de que algún lazo del destino nos volvería a tumbar. Reían con desinterés, con desazón, incluso con alevosía. Existió un momento en el que la infame prensa deportiva permanecía aferrada al ancla del barco para, según evolucionase el panorama, decidir si subir a bordo, o abandonar a nado lo más rápido posible. 


Cierto es que hubo una época en la que un seleccionador se enfrentó a todos: entorno, prensa deportiva, federación, incluso a los egos de las superestrellas, y con ello se enfrentó a gran parte de la afición. Sólo un loco podría tener los cataplines tan duros y desmesurados para efectuar tal demencia, Don Luis Aragonés. Las consecuencias fueron duras, dos años de persecución mediática, dos años de críticas, de desplantes, e incluso de insultos por parte de todos aquellos imbéciles. Mientras "la calle" voceaba sin ánimo de intentar observar por detrás de la valla, Luis creaba un grupo con importantes premisas, basado en esfuerzo, sacrificio, meritocracia y sobre todo relevo generacional. Y entonces fue cuando creo un "equipo" con una calidad sensacional, pero sobre todo con una idea y una actitud fabulosa. A partir de ahí se vieron inmersos casi que en un periodo bélico; "ellos contra todos". Contra todos y con, presumiblemente, pocas armas, por lo menos ninguneadas hasta ese momento. ¡¡Y fueron campeones de Europa!! 

Fue entonces cuando siempre creímos, cuando siempre habíamos sabido que seríamos Campeones. Sí, por supuesto, no habéis leído mal "SERÍAMOS" campeones. Todos comenzamos a atribuirnos aquel éxito, todos nos sentíamos artífices de él. Como sí ondear nuestras banderas o pintarnos la cara de rojo y amarillo ya nos hubiese otorgado, de ante mano, algún que otro gol. Como sí fuésemos los únicos en el Mundo que se atavían con el merchandising de su selección, y los únicos que salen a la calle para gritarle a una pantalla gigante mientras te aprisionan los demás hinchas. Fue a partir de ahí cuando afición y prensa se fundieron con la selección, fruto de un acto de ventajismo escandaloso. Con aquello todos enloquecimos, pero ninguno aprendió la lección.


Aragonés consiguió su objetivo, "si no hago un equipo campeón con estos futbolistas soy una mierda de entrenador" dijo. Lo hizo, lo hizo y se marchó. Se marchó superado, asqueado de una prensa que lo machacaba permanentemente. Y nadie dijo una palabra alta, nadie protestó, le dejaron zarpar. Su sustituto fue nombrado por todos con excesiva alegría. Prensa, afición. federación, todos parecían extrañamente satisfechos por el cambio. Precisamente por eso le colocaron ahí. Era alguien que no levantaba la voz, que asentía, que hablaba pausado, sosegado, que no suponía un estorbo, que no se enfrentaría con nadie. Alguien sin demasiadas ideas propias, pacifista, aglutinador. Continuista.

Del Bosque se subió a un barco en marcha y siguió navegando. No cambio el rumbo, (hacerlo hubiese sido de necios), ni siquiera varió la marcha. Todo avanti que el motor ya estaba lo suficientemente lubricado para ganar el Mundial. Entonces la hipérbole ya fue de traca. "El éxito es de estos fantásticos futbolistas, los mejores del Mundo, Aragonés solo les empujó, pero el mérito no era de ese abuelo gruñón, era de los jugadores, del mejor equipo de la historia del fútbol...etc."

En ese huracán de euforia se desperdició todo, se olvidaron las formas, las maneras, los argumentos. En esa vorágine de felicidad nos olvidamos de como se comenzó a ganar, de como se consiguieron las cosas. Toda España comenzó a recrearse en el éxito, como si encontrásemos oro, nos lo fundiésemos en tres días y después nada.. lo tuvimos y agradecidos, no nos olvidaremos de ese momento, ¡que nos quiten lo bailao!

Ese es el verdadero nivel que tenemos, una afición inculta e ignorante, una prensa miserable e indigna. Una afición que se preocupa por prestarle atención a unos medios de comunicación deportiva que nos bombardean con los peinados de los futbolistas, el color de sus botas, las barbacoas de sus casas, sus novias, sus coches, o sus anuncios.. En lugar del juego, los sistemas, la táctica, las transiciones defensivas, ¿a quién cojones le importa eso?. Son la basura del periodismo para la basura de la audiencia.


Ante la magnitud de tal fracaso, de tal debacle como la actual.. ya no hay solución alguna. No la hay porque un aficionado nutrido de absoluta necedad durante mas de cinco años, no es capaz de encontrarla. Y ese régimen perpetrado para satisfacer su ignorancia no va a ser capaz de desmontarse para ofrecérsela. Por eso no hacemos más que escuchar eso de: "que poca memoria tenemos", "agradecidos a estos futbolistas", "siempre seréis los mejores", "gracias por tanto", "ahora es el momento de apoyar", "no es tiempo de críticas, sólo de agradecimientos", "estamos con ellos"... Consuelos y mimos para los niños. Esta es la única fórmula de la prensa deportiva Española, y esa consigna recala en el desorientado aficionado en modo de vídeos pasados, imágenes de éxitos ya logrados, cantos y celebraciones ya pertenecientes a la historia desde hace tiempo... ese tipo de actos en los que la realidad ya no es la misma ni por asomo.

En definitiva, porquerías para evitar darnos cuenta de que la veterana generación y pilar de esta selección, que fue núcleo de la EURO 2008, se encuentra tocada, agotada, aburrida, acomodada, consagrada... conocedores de que dejándose ir y manteniendo su estilo, iban a conservar su sitio, nadie les iba a echar de ahí, ellos ya lucharon y ganaron en su momento. Tal es la acritud que el señor Vicente Del Bosque, antes de que comience el Mundial, dice en rueda de prensa: "no veo a los jugadores con los mismos ojos que en Sudáfrica".. tócate las narices.

Hace tiempo que estos chicos se han creído los mejores del Mundo, básicamente porque no hemos parado de recordárselo, de gritárselo, de anteponer prioridades de nuestra vida diaria para observar sus peinados, su ropa, sus botas, sus casas.. Se han creído los mejores por decreto, sin discusión. Todos los suplentes de esta selección son las migajas de esa generación, o jóvenes que han recalado en un equipo en el que los méritos ya no son importantes, en el que el valor del "van los que mejor estén" ha distorsionado en "van los mismos, los de siempre".

La Selección Española fue lo que fue mientras estuvo Luis Aragonés. Fue lo que tardaron esos jóvenes futbolistas en dejar de serlo, en descuidar el hambre de gloria. "La roja" se ahogó cuando empezaron estos futbolistas a jugar por imposición popular, se acabó cuando transitaron de jóvenes ambiciosos a niños aclamados, mimados. España se hundió cuando se les dejó de exigir, cuando arribaron en ese punto en el que Luis les habría mandado a tomar vientos a casa, y les habría sustituido por una generación más ambiciosa, más sacrificada, más hambrienta, más fuerte, más joven y mejor.

Pero la ignorante prensa es incapaz de observar esto. Es incapaz, o aborrece hacerlo. Lo aborrece básicamente porque la afición española no quiere escucharlo, asumirlo. Porque prensa y afición son prácticamente lo mismo: pura afición fanatizada, puro hooligansmo. No aprendimos nada de aquello que ocurrió en Austria-Suiza allá por el 2008. No aprendimos porque no sabemos aprender de los éxitos, porque a veces preferimos saborear los fracasos ajenos que los propios logros. Porque en eso nos hemos convertido, en infelices únicamente envueltos en una carcasa de alegría con las decepciones foráneas. Y para sumarle kilos al asunto, aparte de nuestra incompetencia e incapacidad para aprender, criamos a niños caprichosos, mimados, que únicamente saben regodearse en las mieles de su mitomanía. Y prensa y afición nos hemos contagiado de ello, del dulce sabor del éxito, de "nuestros jugadores", "nuestros héroes", de "su magia".. de todos esos excrementos afrutados con los que les hemos engordado su ego durante un larguísimo tiempo.


A cambio de tanta idolatría, ahora lo que nos devuelven es una selección movida por la inercia, sin crecimiento anímico, sin actitud, ni guía. Ahora tenemos enfrente a un gigante hundiéndose en el lodo de sus éxitos ya extintos, y lo peor es que ni siquiera comprende el porque, ni siquiera entiende que le pasa. Nos enfrentamos a un fúnebre caso ya desperdiciado. Una oportunidad tirada al contenedor sin ni siquiera enterarnos. Quizás la oportunidad más extraordinaria que hemos tenido en la historia, para aprender a fabricar un proyecto sólido, cimentado en el aprendizaje más hilarante de éxito. Un proyecto que marcara las pautas de una era triunfante, que marcara los pasos de una prensa deportiva de calidad, entendida, sería, y equitativa. Y una oportunidad de oro para habernos convertido en una afición ejemplar, totalmente digna de ser Campeona del Mundo.

Ahora ya es tarde para reaccionar. Ahora es el momento de aprender aquella lección, aprenderla cuando y como más duele, en el fracaso más absoluto. En la tardanza y el arrepentimiento de haber desaprovechado una ocasión de magnitudes astronómicas. Ahora los cambios deben ser muchos y profundos. Se debe hacer, en una carrera de 100 metros, todo aquello que pudo ir haciéndose con pequeños pasitos. Materia prima hay de sobra como para que no resulté demasiado imposible, lo difícil será encontrar quién lidere la transición. Debe ser alguien que no guste por su amable y afable trato, alguien que proponga retos,  que moleste, que estorbé a la calma, que imponga orden, disciplina y respeto, y sobre todo que ostenté ideas, argumentos y virtudes para inculcar fútbol, que al fin y al cabo es de lo que esto se trata, aunque sigamos fijándonos en los cortes de pelo y color de las botas. 

Ahora ya no hay tiempo para lamentaciones, ni para seguir tirando de una memoria caduca, ni por supuesto para más agradecimientos. Ahora ya, es el momento de aprender de una vez la lección

Alfredo León
@fefifredo
@elanalisisdeAL

lunes, 1 de julio de 2013

“Ordem e progresso”.


MARACA – NÁ… DE NÁ  
Maracaná entero se lanzó al suelo para rematar ese balón suelto en el área pequeña. Ya en el minuto dos de partido, 78 mil brasileños hicieron que el esférico besara las mallas. Así, tan pronto, el partido tergiverso su destino. El plan del reputado estratega Scolari encontró la perfecta alfombra roja para dibujar a la perfección las líneas que Felipao había trazado minutos antes en la pizarra de su vestuario. Brasil replegó, y como su bandera indica, lo hizo con orden, con un orden que no permitía que España se rasgara las vestiduras. Scolari supo bien como anularla, plagó el centro del campo de futbolistas que hacían imposible la salida de balón de los de Del Bosque – tampoco fue el día más lúcido de la roja – y cualquier método para lograrlo era válido. Brasil pegaba en su intento por anular el engranaje de la maquinaria española, no dudaron jamás en cortar con algo de dureza su juego y encontraron a un colegiado que les permitió demasiado.
Las transiciones defensa–ataque en las recuperaciones de balón de los brasileños eran explosivas, rápidas, verticales, y la consigna de Felipao era clara, la búsqueda de las espaldas a los costados. De esta forma Brasil se apoderó de un partido que ya había tintado verde–amarelha con el ambiente de un Maracaná que disfrutó con las claras ocasiones de los suyos, y sufrió muy poco cuando España se asomó tímidamente al balcón del área.


CASILLAS MAREA EN LAS ALTURAS.
El primer gol mostró a un Casillas inseguro, carente de confianza y algo asustado. Un Casillas al que este torneo le pudo servir para espantar sus fantasmas, actuó a buen nivel, pero mostró con claridad que hoy en día no es un portero que transmita confianza y seguridad en el área. Iker no domina el juego aéreo y se le nota nervioso e indeciso cada vez que un balón sobrevuela su área. La crítica no la merece, pero las referencias a su persona son inevitables. En este aspecto, mi dedo señala a un seleccionador que debe alinear al futbolista que mejor rendimiento le dé, al mejor preparado, al más capacitado para actuar, y hoy en día Iker Casillas no es el mejor en la selección española. Que Valdés no sea el portero titular de España en la actualidad, me parece una falta de respeto al seguidor, al propio Valdés, a su rendimiento y a sus merecimientos.

EL BARCO DE CHANQUETE
Brasil apretaba en el medio y los repliegues en las constantes pérdidas en la salida de balón de España sacaban a relucir sus irrisorias transiciones defensivas – impropias de un equipo campeón del Mundo – Los agujeros a la espalda de la defensa y en los costados eran abrumadores, y por ahí Neymar y Hulk fueron dos puñales. Busquets no daba abasto en las coberturas en transición y se perdió buscando un escudero que nunca tuvo. Luis Gustavo y Paulinho mordían y se sumaban con rapidez a las veloces triangulaciones de Brasil, Óscar pausaba con el temple adecuado para esperarles y Busquets se veía superado en todo momento. Martínez pudo ser clave, pero Del Bosque no tomo cartas en el asunto. En este deporte, que se ha convertido cada vez más en un juego de mesa, se debe actuar contra el problema, y si para ello es necesario hacer un cambio tempranero que altere el transcurso del juego y a la postre el devenir del partido, se hace. ¿O es que está prohibido hacer un cambio en la primera parte?

ERRORES DE BASE
Arbeloa no tuvo su mejor partido, salta a la vista que el futbolista del Real Madrid es técnicamente muy limitado, pero siempre ha suplido esa carencia con rigor defensivo y una aptitud táctica muy alta. Este no ha sido su mejor año y no ha rendido a buen nivel, anoche estuvo fuera del partido en todo momento, cometió errores de bulto que permitieron a Brasil ir dando pasitos a su favor. El más clamoroso tuvo lugar en el segundo gol de la canarinha. Arbeloa era encarado por Neymar que habilita un balón al balcón del área, donde se encuentran los centrales de España en una buena posición, el lateral pierde su marca para perseguir el esférico, le da la espalda y pierde de vista a Neymar que con volver a recibir el balón se encuentra con una clara ocasión que transforma en gol. El error es propio de categoría infantil, no es permisible en una selección campeona del Mundo, pero no se debe estigmatizar la figura de Arbeloa, el partido tuvo muchos otros frentes en los que España nunca supo competir.


MÁS DE LO MISMO
Del Bosque volvió a mostrar una lectura de partido algo dubitativa. Sus cambios no aportaron nada para alterar el curso del partido, ni siquiera lo intentaron. Los relevos fueron insulsos e irrelevantes, lateral por lateral, delantero por delantero. El salmantino no intentó modificar la fisionomía del equipo ni quiso buscar un cambio en la apuesta futbolística de su equipo, se limitó a intentar potenciar el rendimiento de algunos puestos pero sin alterar ni fomentar un esquema diferente para intentar equilibrar el encuentro.

HAY ESPAÑA PARA RATO
En la derrota lo importante es poder sacar apuntes, aspectos positivos y a mejorar. España viene arrastrando defectos congénitos en las victorias. Errores que se han visto borrados por los triunfos, pero que hay que limar, trabajar y subsanar. Hoy seguimos siendo el mismo equipo de ensueño que ayer, nada ha cambiado, estos futbolistas siguen siendo los más grandes y se han ganado el respeto y la reputación para seguir creyendo en todos ellos. Las derrotas te enseñan la cara amarga, te hacen reflexionar y solucionar los aspectos negativos, y es ahí donde España debe actuar. Seguimos siendo el mejor equipo del Mundo, pero debemos comprender que eso no vale para levantar trofeos, que en este deporte no se gana por decreto, ni por autocracia, se debe conseguir en el terreno de juego y no en las portadas de nuestros infames medios deportivos. Debemos comprender que no somos los creadores ni los inquisidores del futbol, y debemos darnos cuenta de que hay que seguir aprendiendo y mejorando día a día.
Por mucho que seamos técnicamente superlativos, ayer Brasil nos demostró que un equipo técnicamente inferior es capaz de ganar, y ser superior con rigidez táctica, orden, intensidad y fe. Ahora solo queda seguir mirando hacia adelante, con las mismas aptitudes y de la misma forma, pero aprendiendo de los errores y mejorando cada día, solo así seremos capaces de crecer y continuar siendo el mejor equipo del Mundo.

Alfredo León
@fefifredo

domingo, 16 de junio de 2013

"Casillas para que no repiquen las campanas".


Se ha hecho oficial la alineación de la selección española para el primer partido de la Copa Confederaciones 2013 ante Uruguay. Del Bosque se ha decantado por Iker Casillas y Álvaro Arbeloa, que eran las dudas más esperadas. En punta coloca a Soldado, sin falso nueve, y con un Navas, en un gran momento de forma, en el banquillo. Tampoco actuará Silva desde el inicio, y Javi Martínez, que parecía que iba haberse ganado el lugar de Xabi Alonso, verá el partido sentado. Uruguay va con todo, y muchos de sus futbolístas son grandes conocidos de la liga española. 

Del Bosque ha tomado la decisión de que sea el guardián de la portería española Iker Casillas. Después del gran debate que ha supuesto su suplencia en el Real Madrid, el seleccionador español confía en el capitán y le otorga la titularidad. Valdés, que parece que iba a ser el portero de inicio, se queda en el banquillo en un acto de injusticia tremendo. El guardameta del Barça se ha hecho merecedor de la portería de España. No solo por que Casillas lleva varios meses sin participar en partidos oficiales, sino porque su rendimiento ya viene siendo extraordinario desde varias temporadas atrás. Victor ha mejorado exponencialmente en todas las facetas de su juego. Juego aéreo, bajo palos, en el uno contra uno, donde es un fenómeno. En la estirada, en el juego con los pies, en su actitud, su mentalidad, su temple y su extraordinaria confianza. Hoy en día es, para mi, el portero más completo de España con gran diferencia y el menos valorado sin lugar a dudas.



Del Bosque ha optado por no despertar a la bestia, por no crear polémicas ni levantar polvo en una situación que ha sido de carácter casi que nacional. El salmantino evita así que la prensa le caiga encima por ser "justo" y acrecenta su gran relación con la prensa, esa que le ha abierto tantas puertas y le ha otorgado tantas posibilidades en el mundo del fútbol. Su posicionamiento aumenta la veneración de sus "amiguitos" de la prensa, a los que les encanta que les adulen y les jalen bolas. Con esas estamos, contamos con un entrenador que carece de carácter y valentía. Ha preferido perjudicar a su equipo, antes que crear polémicas y hacer repicar las campanas de las portadas de los diarios deportivo, que tan "excelentes" son. Del Bosque perjudica a su equipo en muchas facetas. Primero coloca a un jugador que se encuentra en peor forma, y deja en el banquillo a uno que le puede dar, a priori, mejor rendimiento. Segundo expone al grupo a debilidades y fisuras, sabiendo que su entrenador no es "justo" en las decisiones, y no tiene en cuenta los méritos futbolísticos, sino las hazañas pasadas. Saben que lo hace por la prensa y eso le resta el respeto de sus jugadores.

Alfredo León
@fefifredo

miércoles, 24 de abril de 2013

“No hay paños calientes para curar la soberbia”.


La Champions League ha mostrado las vergüenzas de los “dos mejores equipos del mundo”. Ha exaltado multitud de carencias, multitud de errores en la planificación, la organización, y el trabajo colectivo del Real Madrid y FC Barcelona. Ha pasado un año y parece que han pasado siglos para estos equipos que practicaban un fútbol de otro nivel, diferentes los dos, pero de otro nivel. Hoy no son ni la sombra de lo que hace un año eran, y no se trata de aprovechar el curso del rio y sumarse a la crítica fácil, se trata de ser objetivos, de ser sensatos y poco vehementes. Los alemanes han manifestado que el fútbol no recuerda las excelencias, solo recuerda que en este deporte la ambición, las ganas de ganar, el colectivo y el trabajo a destajo marcan las diferencias.



FC BARCELONA


El desgaste, la rutina, la comodidad, la superioridad sin exigencias, la reiteración, la falta de competitividad en la plantilla, la incapacidad en la gestión de los recursos… Todo esto ha hecho sucumbir el fútbol deslumbrante del Barça. No, no nos equivoquemos con el toque y la posesión, es un cruel engaño sino viene acompañado de intensidad, movilidad ni velocidad. Solo el toque no gana partidos, es un estilo fantástico pero depende, como todos los estilos, de pensar rápido, de ser certeros, precisos en el toque, de minimizar esfuerzos y hacerlo con inteligencia, de pensar la jugada antes de que se produzca. Sin esto el juego se torna previsible, constante, lento y aburrido, ganar sin esos detalles se vuelve complicado, se atascan las victorias. Nadie gana dando pases en campo propio y caminando, una vez se puede, dos quizás, pero cuando se presenta un equipo que te exige, la victoria no es más que una quimera.

Cuentan que la defensa flojea, que hay muchas bajas dicen. Lo cierto es que hace un año hablábamos de Puyol en contadas y aisladas ocasiones, o incluso solo de sus goles en los saques de esquina. Hablábamos de un Piqué comparable a todo un Franz Beckenbauer en la salida de balón, no mencionábamos nada de aspectos defensivos, de eso se encargaban los Pedro, Villa, e incluso Messi. El entramado defensivo y la presión del Barça comenzaban desde arriba, las acciones defensivas de los Piqué, Puyol, Abidal eran nulas, no participaban en ellas. Ayer Boateng, Lahm o Álaba casi ni incidieron en el aspecto defensivo de su equipo, Neuer ni la tocó. Robben, Ribery, Mario Gómez o Müller apretaban y corrían como posesos porque sabían que esto del fútbol es un deporte de “equipo”, donde ser generoso en los esfuerzos marca la diferencia, y que independientemente de quién marque los goles – las individualidades solo sirven para vender camisetas, no para levantar trofeos – lo importante es la victoria colectiva.

El Barça debe destruir ciertas comodidades, ciertos roles, mejorar la competencia interna, asumir que para competir y tener éxito es necesario una contar con una “plantilla”, no solo con un “equipo titular”. Recordaremos siempre a este Barça, siempre quedará su fútbol en nuestras retinas, pero no asumir la pérdida de estos valores es mantener una venda que tapa la verdadera esencia del fútbol que deslumbró al mundo. Nada por desgracia es eterno y este Barça debe reciclarse, para empezar a hacerlo que mejor que un tratamiento de choque.



REAL MADRID CF


Hace tan solo un año el Real Madrid derrochaba verticalidad, rapidez, desparpajo. Eran eléctricos, certeros, veloces en las transiciones, derrochaban ambición; eran completamente demoledores. Ésta temporada el Madrid ha sido insulso, solo ha deslumbrado en un par de ocasiones, casi todas relacionadas en encuentros contra el Barça, donde ha manifestado una intensidad fabulosa, le ha puesto garra, coraje, corazón y un plan táctico excepcional, todo lo contrario de lo que ha mostrado esta noche en el Signal Iduna Park. Hoy el Real Madrid no ha sido nada, el Dortmund – un fabuloso espejo para mirarse – se los ha comido precisamente con esas mismas armas. Esas armas y un trabajo colectivo impoluto, una generosidad en los esfuerzos estratosférica, y un nivel técnico y táctico superlativo.

Mourinho no imprimió al equipo la importancia de este encuentro, no lo hizo y a sus futbolistas se los comió la soberbia. El Madrid jugó a ser Goliat y se vio desde el minuto uno mirando hacia arriba, porque los ojos de su oponente estaban altos, muy altos. El Dortmund les disfrazó de David, les superó en todas las facetas y no fueron capaces de comprenderlo ni cuando Hummels les regalo un empate que nunca merecieron. En las estadísticas de espacio recorrido Götze, Reus, Gündogan y Bender fueron los que más kilómetros hicieron, después aparecía un Alonso que nunca estuvo en el partido, ni para crear, ni para asociarse – nunca se lo permitieron – pero tampoco para posicionarse en el lugar adecuado en las constantes transiciones defensivas que les obligaban a realizar los de Klopp. Los cuatro jugadores encargados del plano ofensivo del Dortmund corrieron más que todo un Real Madrid, fueron generosos y se vaciaron en los esfuerzos por el colectivo, porque lo importante en este deporte es el éxito del “equipo”, cosa que el Real Madrid lleva toda la temporada sin ser.

El Real Madrid solo se ha mostrado ante el Barça como un “equipo”, de resto la sensación es que el sostén del Madrid ha sido Cristiano Ronaldo, que dejo de ser un genial jugador, para convertirse en un futbolista estratosférico. El problema es que el equipo no acompaña, la elaboración en los partidos clave es inexistente, las combinaciones carecen de velocidad, y encontramos que un Madrid sin espacios es un equipo nulo, que se pierde en la “paradoja” de tener la pelota. Solo son netamente superiores cuando existen los espacios a las espaldas, cuando la probabilidad de correr con la pelota aumenta, y las transiciones ofensivas – más individuales que colectivas – son posibles.

El Madrid de hoy vive del error, de la pérdida del rival y de la combinación de superioridad técnica con la excelencia física para arrancar en una contra salvaje que desplume al rival. Si no hay espacios para correr, sino existe la posibilidad de la arrancada y enfrente se encuentra un rival que te ahoga y te limita tanto en el plano físico como en el técnico, el equipo termina agotado y sin ideas. Y así, sin ideas se encuentra un Real Madrid en donde presente y futuro dependen de una reunión.


Alfredo León
Twitter: @fefifredo

miércoles, 10 de abril de 2013

Jürgen Klopp: Más que fútbol, sentimiento; más que victoria, diversión.


Klopp (Stuttgart, 1967) es una persona cercana, un tipo afable, uno de esos que te irradia cuando habla, te hace sentir importante y te atrapa con su verborrea. El alemán se ha hecho con todos los reconocimientos del fútbol germano y no únicamente por los títulos conseguidos en estos últimos años. “Kloppo” se ha metido al aficionado en el bolsillo, no solo a los del conjunto de la cuenca del Ruhr, sino a todos los amantes de la Bundesliga – que le quieren como sustituto de Joachim Löw en la selección alemana –  y el fútbol en general. 



Llevo cuatro años siguiendo al Dortmund casi semanalmente, empecé a buscar los partidos por internet allá por 2009, los entendidos de fútbol internacional hablaban de un equipo que jugaba sin miedos, con futbolistas jóvenes que derrochaban hambre y ambición, practicaban un fútbol despreocupado, sentimental, totalmente visceral, y comencé a interesarme. Poco a poco no podía dejar una semana sin verlos, aquel equipo mostraba un hambre incesante durante los noventa y tantos minutos que durará el partido, ya fuera contra el líder o contra el último clasificado, ya fuesen perdiendo, como apabullando al rival. Aquel equipo se sacaba el corazón en cada jugada, ponían un sentimiento descomunal en cada pase, una alegría inmensa en cada error, y una ambición estratosférica en cada pelota dividida, aquel equipo enamoraba. Hay momentos en los que algo cala en ti de forma especial, y aquel Borussia de Dortmund lo hizo conmigo.

Me interese por saber quién era el director, el líder de ese fantástico equipo, y encontré a un tipo expresivo, a un tipo que apretaba los labios para que le cupiesen los dientes en la boca, pero que a cada instante no dudaba ni un ápice en soltar una carcajada que se adueñaba de todo el entorno, un tipo que achinaba los ojos mientras gesticulaba para darle más énfasis a una sonrisa que te atrapaba, un tipo que derrochaba una vitalidad que hacía que te contagiaras de sus palabras; un tipo que cautivaba. Sí, no era otro que Jürgen Klopp, y sí, fui otra víctima más de su enorme carisma y su puro sentimentalismo.


"No puedes ganar un partido sin orden y disciplina táctica, pero lo que te hace diferente son las emociones”. Evidentemente esta frase parece sacada del manual de los tópicos futbolísticos y comulga más con esa palabrería barata propia de aquellos entrenadores que dominan mucho más las facetas externas que el propio juego, pero nada más lejos de la realidad, esta frase resume a la perfección la forma de entender el fútbol que tiene el técnico del Borussia Dortmund. El alemán te atrapa con su sonrisa, te envuelve con su discurso futbolístico, te convence y te acerca con su vitalidad, tan lejana en muchos entrenadores hoy en día. 

Jürgen es de esos entrenadores que han crecido amando este deporte, entendiéndolo no solo como un juego donde hay que lograr la victoria, sino amando el sentimiento que desprende cada jugada, cada tiro al palo, cada parada, incluso cada falta. “Si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un fútbol aburrido, una de las dos partes, el equipo o los fans, tendrá que buscarse un nuevo estadio” sentenciaba el de Sttutgart. Klopp abordó el proyecto desde esta máxima, inculcó a una serie de jóvenes futbolistas que el fútbol era más que un deporte, les convenció con esa fantástica sonrisa y esa enorme vitalidad de que lo importante no solo era ganar, lo esencial era sentir, sentir las emociones, dejar fluir sobre el terreno de juego lo que el corazón disponga. Y así, con esta sensibilidad extrema el Dortmund creció, creció día a día con una manera de jugar al fútbol que se salía de cuadriculas. Los de Westfalia rompen de manera radical con esa forma tan estipulada de actuar en el rectángulo de juego y enlazan con una corriente de aparente despreocupación y alegría que termina divirtiendo.

Klopp ha logrado dar una transcendencia mediática a un club que se encontraba al borde del abismo. “El Borussia Dortmund estaba roto hace ocho años y ahora pertenece a la élite del fútbol europeo”, explica Hans-Joachim Watzke, presidente del club, cargo que ocupa desde 2005, año en el que el equipo flirteó con la quiebra. Fue Watzke quien apostó por un entrenador de segunda para levantar a un equipo hundido, buscó a un entrenador que derrochaba vitalidad, un entrenador que apostaba por un fútbol vivo, un fútbol que divertía, un fútbol que terminó enamorando. El técnico del Dortmund no solo supo lidiar con un vestuario plagado de inexperiencia y desazón, sino con un club “olvidado, desesperanzado”. Tuvo que reconstruir un equipo apagado, tuvo que vincular a los aficionados, arraigar un sentimiento en ellos, y ese fue su plan. Imprimir un sentimentalismo extremo que lograra una perfecta comunión entre el equipo y sus aficionados. “Muchos de nuestros fans recorren 800 kilómetros para vernos y vivir algo especial. Hay que ir a todo gas. Queríamos derrochar vitalidad. Preferíamos dar cinco veces en el larguero que quedarnos cuatro veces sin tirar a la portería. De esa forma era mejor perder.”




Esta visión extremadamente romántica que transmite Klopp rompe con la dinámica de un fútbol actual mecanizado y mercantilizado. Ganar es el objetivo, sí, quizás lo más importante. Apabullar al contrario, sin piedad y casi sin oposición satisface y alegra al aficionado, pero la pérdida de esa emoción acaba por aburrirle. Disfrutar con el juego, vibrar con su emoción, divertirse con el equipo es mucho más accesible para cualquiera. En este deporte, al final, ganar solo está al alcance de uno. Disfrutar, derrochar optimismo, divertirse, divertir con el juego y “emocionar” quizás esté al alcance de todos.

Alfredo León
Twitter: @fefifredo